martes, 3 de mayo de 2011

Érase una vez 3 largas películas: Novecento





Cuando uno ve una película, que tiene cosas buenas y no es olvidable, pues quiere hablar de ella y a veces recomendarla. Hay películas que tienen algo que inmediatamente te hace enganchar con ella y algún plano, música o secuencia se te queda grabado. Otras películas te gustan por sus diálogos, chistes, sangre, que se yo. Y hay otras películas, que sencillamente son inolvidables por ser algo demasiado grande o demasiado pequeño. El caso de la película de Bernardo Bertolucci “Novecento” (1900) es el de un mastodonte cinematográfico que quedo a medio camino entre el drama histórico y un panfleto extremadamente costoso.

Cuando vi 1900, influenciado por un profesor al que le comente la película “Erase una vez en América” de Sergio Leone (de la cual algún día tengo que escribir) La vi de un solo tiron, una película de 5 horas. Inolvidables escenas se combinaban con extensos pasajes que podrían haber sido reducidos o cortados en la sala de montaje. Bertolucci luego de su increíble “El ultimo tango en Paris”, hace esta película, una co-producción entre tres países, protagonizada por un jovencito Robert De Niro y un flaco Gerard Depardieu.


La película cuenta la historia de dos niños que nacen el mismo día en la misma hacienda. Uno de ellos es el hijo de un campesino y el otro es el hijo del patrón. Ahí veremos como ambos crecen y descubren el mundo, forman una amistad/odio y descubrirán sus diferencias. En esos años el comunismo esta en su apogeo y como mecanismo de defensa nacen fanáticos fascistas. Nuestros protagonistas se encuentran y desencuentran varias veces, cada uno defendiendo los intereses que le corresponden.



La película es bastante convencional, pero su excesivo metraje, sumado a sus pretensiones le quitan valor. Sin embargo tiene escenas notables e inolvidables. Una de ellas es la muerte del patrón, cuando va donde una joven y le mete la mano en su miembro, la joven sonríe y le dice que nadie puede ordeñar un toro. Donald Sutherland que es el representante del fascismo tiene escenas terriblemente fuertes, como aquella, al final del primer acto cuando toma un gato y lo usa como ejemplo de lo que hay que hacer con los rojos. También cuando mata salvajemente a un niño inocente. Otra escena buena y ya mas alegre es precisamente el final, maestro y emocionante. Los dos viejos amigos, van dándose golpes como cuando eran niños, uno de ellos se pone en las vías del tren mientras el tren se acerca a toda velocidad, el otro solo se larga a reír.

Creo que Novecento es una película que hay que ver alguna vez en la vida, precisamente por esas escenas imborrables, su banda sonora, sus actuaciones y su fotografía, a cargo como siempre de Vittorio Storaro, colaborador frecuente de Bertolucci.



La música a cargo de Ennio Morricone le da todo el toque al film, siendo un gran trabajo, pero al igual que la película un poco olvidado.

Esta película esta muy cerca de lo que luego fue “El Ultimo Emperador”, siendo en todo caso ambas muy buenas, pero “El ultimo…” no adolece de las falencias de Novecento. Es menos extensa, menos panfletera, mas directa y con una fotografía aun mas espectacular.

Quizás la película  algún día sea revalorizada, o simplemente no es ni tan importante ni tan buena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario