lunes, 17 de octubre de 2016

Ghostbusters (2016)



Cazafantasmas… Así se llama la película estrenada este 2016, un remake o como quieran llamarle a otra película “clásica” estrenada en 1984. Esta película causo bastante controversia, no por su contenido, no por el tema que trata, no por los problemas en la producción, más bien por la disputa entre algunos de los fans de la original y la productora, aparentemente por el hecho de que ahora los cazafantasmas eran mujeres. Pero no voy hablar de ese tema, no tiene sentido, pueden hacer lo que quieran con el concepto, siempre ha sido así, lo que venimos a ver (al menos la mayoría de personas que utilizamos el cerebro) es una película para entretenernos. Pues ese es el problema principal, la película es bastante aburrida.

 Los Cazafantasmas originales estaban interpretados por Bill Murray, Harold Ramis, Dan Aykroyd y Ernie Hudson, el éxito de esta película en Estados Unidos es parte fundacional de la cultura americana de los años 80s, de la cultura más ñoña. Me encanta decir eso. Siempre he creído que Las Tortugas Ninja, Volver al Futuro y Los Cazafantasmas son un triangulo virtuoso de películas hechas para entretener, para hacer sentir bien, pero por sobretodo, bien realizadas. Sería complejo entrar hablar de cada una de ellas y sus secuelas, este espacio además no es para eso, aquí vengo hablar de una película que si bien comienza con buenas ideas, muy pronto va decayendo en una espiral de chistes aburridos, escenas sin sentido y  personajes que si bien lo intentan con todas sus ganas no son tan carismáticos ni tan interesantes.



¿De qué se trata la película? La protagonista, cuyo nombre ya se me olvido apenas al segundo día, es una respetada científica que busca ser promovida en la universidad donde lleva varios años trabajando, besando traseros y haciendo lobby. Pero no siempre fue así, ya que mientras era una estudiante, escribió junto a una amiga un libro sobre los fantasmas y el mundo paranormal. Mientras escribo esto, siento el sopor del aburrimiento, porque en verdad el argumento es tan poco interesante que da pereza resumirlo. Porque está película no es mala, ni mucho menos es buena, es mediocre y su mediocridad está patente en su factura, en la falta de riesgos, en los chistes sacados de Saturday Night Live o de otras comedias para adultos, con el fin, supongo, que los mismos no se aburran cuando lleven a sus críos al cine. Es una película que se pasa de la raya en los homenajes, en la dependencia de la original y eso es fatal. Pues debo confesar que si bien me gustan los cazafantasmas y me parece que la química de los actores originales era más orgánica, tampoco creo que sea una GRAN película, por lo mismo, si puedo juzgar este remake de una manera justa, pero si su película se basa en generar nostalgia en todos los ñoños que recuerdan la original, estamos mal. No hay riesgo, no hay gran comedia, no hay nada más que un grupo de actrices que de verdad se esfuerzan, son buenas en lo que hacen y se nota, pero están amarradas a una serie de clichés y un argumento flojo.

Quiero destacar el hecho de que la actriz Leslie Jones hace un papel de negra muy estereotípico, que vendría hacer el papel que hizo Ernie Hudson en la original –en este remake Ernie Hudson hace un cameo como el tío de ella- pero sin el estilo de Hudson, lo cual es bastante lamentable. Ella más parece una caricatura de una negra neoyorkina, cuando Hudson era un negro neoyorkino pero sin los clichés verbales bastante baratos. Por otro lado la actriz Kristen Wigg tiene humor, de eso no hay duda, pero todo lo que hacen parece forzado. Eso sí, me dio mucha risa el momento en que se encuentran con el primer fantasma y ella se vuelve loca contándolo a la cámara para luego ser vista por todos sus colegas de universidad, de donde obviamente la despiden. Se podría decir que es un atisbo de comedia visual, pero uno de los pocos.



Hablando de los cameos, la película tiene cameos de todo el casting original excepto de Harold Ramis, que está muerto y de Rick Moranis quien no quiso participar. La verdad es que los cameos nunca encuentran mayor razón de existir, son forzados y en el caso de Bill Murray su papel que es un poco más grande que el de los demás es peor. Sigourney Weaver aparece cuando ya comenzaron los créditos. Andy Garcia interpreta al alcalde y es un completo desperdicio, nada gracioso, nada sustancial, solo relleno y cumplir con una estructura similar al material original, en donde, el alcalde de Nueva York si era gracioso.

Otra de las pruebas de que esta película es un desastre, es la constante y aburrida y explicación de los artilugios para capturar fantasmas. Hay demasiados momentos sobre las máquinas, los juguetes y es bastante aburrido, en especial cuando por fin los vemos funcionar solo al final, solo una vez, en un clímax bastante plano porque ya sabemos cómo va terminar este metraje de dos horas al que le sobraban por lo menos 40 minutos.


Cazafantasmas (2016) adolece de lo que muchas películas de esta época. Tiene buenos efectos especiales, buenos actores, buena técnica en general, pero el guion es tan estructurado, y sus personajes tan olvidables que todo eso palidece. A su favor, las actuaciones de verdad son buenas dentro de lo que los personajes permiten, tiene un par de escenas y momentos destacables, incluso
algunas cosas de la trama con otra visión hubieran resultado mucho mejor, el villano es aburrido cuando podrían haberle sacado más partido, parece que no tenían suficiente tiempo en pantalla con las otras cuatro protagonistas para darle algo de importancia a un villano que esta vez pertenece a la tierra –recordemos que en la original son fantasmas antiguos-. Pero es lo que es, una película infantil que tal vez se convierta en un clásico para las nuevas generaciones, ¿será? No lo sé, si era esa la idea, no entiendo el afán de hacer tanto homenaje innecesario a su antecesora. 

miércoles, 5 de octubre de 2016

Stranger than Fiction (2006)



Cada cierto tiempo dejo de ver películas por más o menos largos periodos. Dejo de leer libros. Dejo de escuchar nueva música. Son periodos en los que pasan cosas o nada pasa y lo único que en verdad pasa, es el tiempo. La película Stranger Than Fiction habla de muchas cosas, entre ellas del tiempo. Stranger Than Fiction es del 2006 y yo recién la veo ahora 10 años después, me sorprende, porque es una película que tiene varios elementos que me apasionan.

La historia comienza con la voz en off de una mujer (Emma Thompson) describiendo la rutina de un trabajador (Will Ferrell) de la reserva norteamericana (SII para los chilenos) el cual es obsesivo por los números y por fijarse con lujo de detalle en todos los elementos que le rodean, contándolos y
organizándolos en su mente. Un burócrata perfecto. Que sabe cuantos pasos van desde su departamento hasta la parada del autobús y la hora exacta en la que pasa cada transporte. ¿Pero de quien es la voz de la mujer que va narrando esta historia? Emma Thompson interpreta a una escritora de novelas enfrascada en la historia de Harold Crick, el personaje interpretado por Will Ferrell, quien mientras se lava los dientes como todas las mañanas y cuenta las veces que se cepilla hacia abajo y
luego hacia arriba, comienza a escuchar la voz de la mujer, a sentir que describe cada cosa que él hace, cada pensamiento que tiene, en definitiva se da cuenta que puede estar loco. Va donde una psiquiatra que le dice que padece esquizofrenia, pero Crick se niega a creer que sea locura o un desorden mental, por lo que acude a un académico experto en literatura (Dustin Hoffman), quien al principio también cree que Crick está loco, hasta que se da cuenta que la voz habla de forma muy literaria, utilizando la expresión “Poco sabía el” Frase que de seguro solo se ocupa en la ficción literaria.  Por lo tanto le dice que vuelva pronto para seguir determinando más cosas de esta historia en la que parece estar sumergido.

De forma paralela vemos a Karen Eiffel la escritora de la novela sobre Harold Crick, una mujer solitaria, que se pasa horas mirando distintos puntos de la ciudad, buscando que cosas horribles ocurran, choque o accidentes, todo esto con el fin de encontrar la forma perfecta de terminar la historia de Brick, matándolo en la ficción. En este punto en que ya comprendemos de que va la película, no puedo evitar pensar en “Niebla” de Miguel de Unamuno, aunque desconozco si fue parte de las influencias del guionista Zach Helm, hay una tensión similar entre los deseos del protagonista y los de una mujer. Harold Crick tiene que hacer una auditoria a la señorita Ana Pascal (Maggie Gyllenhaal), una panadera con tendencias anarquistas, por no pagar el 100% de sus impuestos. Pues bien, el se comienza a interesar en ella pero al principio todo va saliendo bastante mal, considerando que tal vez está inmerso en una tragedia y no en una comedia, los dos grandes géneros del drama según le explicó el académico interpretado por Hoffman.


La película es un juego, no es una respuesta, son varias preguntas, es un viaje de exploración hacia los misterios de la narrativa tanto del cine como de la literatura. Quizás por eso sea tan efectiva. Es tambien una continuación a la eterna cuestión de ¿vale más la vida que una obra de arte? Hace tiempo Daniel Tubau hablaba sobre eso en la película de Woody Allen “Balas sobre Broadway”, aquí en cierta forma la escritora se ve obligada a enfrentarse a su personaje, puesto que esté existe y ella lo único que quiere es matarlo para poder terminar su obra maestra, su novela por la cual será recordada.

La puesta en escena es notable, tiene frescura, un estilo calmado pero lúdico, con efectos visuales que se conjugan muy bien con la narración (las descripciones sobre la pantalla, los números que aparecen cuando Brick va contando) y cierta sobriedad en la paleta de colores que va muy bien con este mundo sombrío en el que se mueven sus dos principales protagonistas. Por otro lado, los colores, el desorden, los tatuajes de Ana Pascal tienen la vitalidad que le hace falta al protagonista, las ganas de estar sentado en el sillón, viendo la televisión, disfrutando estar vivo, una lección muy importante para alguien que se pasaba contando los segundos para salir de su casa en dirección al trabajo todos los días.



Hay escenas muy buenas, una de ellas es cuando Harold Crick decide seguir uno de sus sueños de toda la vida y va hasta una tienda de guitarras, un lugar enorme con muchas guitarras de todos los tipos. La voz de la escritora Karen Eiffel va describiendo de forma perfecta y sincrónica lo que vemos y sentimos al ver todas esas guitarras.

Las actuaciones están todas muy buenas. Son todos grandes actores y supongo que la sorpresa de la epoca fue Will Ferrer, haciendo un papel mucho pero mucho más contenido que lo que acostumbra. Lo mismo podria decir de Queen Latifah, la cual interpreta a una asistente de escritores que debe ayudar a Eiffel a terminar su novela, con buenos diálogos y buenas escenas, cualquier buen actor puede trabajar bien.




Stranger tan Fiction, es una gran película, que vale la pena ver más de una vez. Pronto volveré hacerlo, tiene detalles, tiene elementos, tiene juego y tiene situaciones cruzadas que se van armando desde un principio de forma ajena a la trama, para luego adquirir completo sentido. Ojo con el clímax. Poco sabía yo, de la película que me estuve perdiendo todo este tiempo.