sábado, 9 de abril de 2011

¿Made in Chile? No gracias.

Estaba en la biblioteca del instituto al cual asisto para sacar un cartón, -sinónimo de nada en el Chile actual, pero que sin embargo todavía tiene demasiado peso social como para dejarlo pasar si se da la oportunidad- cuando con mis compañeros comentamos mi siguiente idea para un articulo: el Cine Chileno, o como otros tantos y yo mismo decimos “Cine hecho en Chile”.

¿De que va este análisis? Bueno, en realidad no hay análisis porque no existe un resultado, solo una mirada, sesgada e incompleta, inmadura y poco clara de lo que veo.

A los chilenos parece que no nos gusta mirarnos en el cine. Si, es como si nos pareciera de muy mala educación ver gente haciendo, diciendo, actuando tal cual –o lo más parecido- como nosotros hacemos, decimos, actuamos en la realidad cotidiana o extraordinaria dependiendo del caso. Para ejemplificar esta idea y en base a la eterna leyenda-realidad de que no nos gusta el cine chileno porque lo encontramos “ordinario, picante, chabacano, que siempre habla del sexo o tiene escenas de sexo, que no hace otra cosa que hablar del golpe, ser resentido, mostrar pobreza”, entre otras linduras con las que desarticulamos lo que los realizadores jóvenes o no hacen acá en este extremo del mundo. Vamos a comparar las películas que si les gustan a los consumidores, al gran publico, ese mismo que critica los improperios exacerbados de las películas hechas en Chile, el gran Cine de Hollywood:

Películas maestras como “Buenos muchachos”, “Casino”, “Día de entrenamiento”, “Boogie Nights”, por mencionar algunas y otras tantas producciones, sobretodo en el género de acción o terror, usan y abusan de palabras soeces, es decir son comunes expresiones como “Fuck You bitch”, “suck my dick”, “fuck you, fuck, fuck, you motherfucker”. Pero si una película hablada en español latino y hecha en Chile, en algún momento algún personaje se le ocurre decir “conchetumadre”, parece que algo nos molesta, nos saca de contexto, nos descoloca nos asombra, nos hace querer cambiar el idioma de la película o simplemente apagarla. ¿Qué justificación puede existir ante esto? Supongo que algo debe existir en la veta mas profunda de nuestro inconsciente que nos hace renegar de lo que somos o como somos vistos por el lente y encuadre objetivo de la cámara.




Fenómeno idéntico ocurre con el sexo en las películas. Cuando en una película gringa o europea aparece una escena de sexo en diferentes niveles como pueden ser los de “Titanic” o las secuencias de varias películas de terror adolescente, nadie se escandaliza y las ve o disfruta con absoluta normalidad, nadie escribe en youtube o facebook que no le gusta el cine gringo porque tiene escenas de sexo en muchas de sus películas. En el caso de que una película hecha en Chile lo haga, las opiniones son a veces lapidarias.

Fotograma de la famosa escena de Titanic

Otra cosa ocurre con lo del cine que habla temas políticos, generalmente relacionados con cierto Golpe militar ocurrido en el año 1973, su antes, su durante y su después. Es cosa de ver lo que hace Hollywood o el Cine Europeo, se alimenta constantemente de denunciar aquello que ya ocurrio, como queriendo evitar que se repita. Películas como “La lista de Schindler” hay por montones y siguen saliendo. Nadie dice “uy, hasta cuando con esto de la segunda guerra mundial, los nazis, los sovieticos, etc”. Películas que hablan del caso Watergate, de la corrupción en la CIA, en la Casablanca, los crímenes de Vietnam, la maquinaria de la guerra, los dictadores, y un largo entre otros. Todos temas más o menos politizados y con una clara opinión, generalmente sin finales conciliadores, tomemos el ejemplo de “Dirty Pictures”, donde un republicano termina al final dando un discurso de lo más amenazante. ¿Quién vive quejándose de lo repetitivo del Cine Norteamericano en hablar de política y como lo hace Oliver Stone tratar de denunciar lo que le parece mal?



Oliver Stone


Creo en todo caso que se va por un buen camino últimamente. No creo que la respuesta sea tan radical como lo plantea otro Rodrigo en un artículo que público la revista Cinefilia (http://www.cinefilia.cl/noticias/2011/04/cine-chileno-en-sindrome-del-nido-vacio/)  y poner el público delante del trabajo que se realiza, o considerar que las cosas que se hacen y nadie las ve, no deberían ser pagadas con los fondos estatales. Yo más bien considero que se deberían regular el número de beneficiados y controlar mejor aun las proyecciones que esa película tenga en CHILE y no primero en el extranjero, vendiendo un Chile de postal, caricaturizado, intimista. Si uno como realizador, hace una obra sincera, el público debería responder a eso, al menos el público que es como el realizador. Mandrill no fue un éxito en taquilla, pero tiene su público. Esa es la diferencia. Pero sentarse y decir, bueno ahora haré una película para que todos la vean, no es lógico.




Se producen muchas basuras y creo que sin embargo se esta yendo cada vez mas por un mejor camino. Es necesario que exista de todo tipo de películas para ampliar nuestro grueso de conocimientos e intentar así como ya lo han vivido otros países fomentar el aprendizaje de Cine, pero no con un afán paternalista, somos todos quienes vemos Cine y lo podemos analizar, saber lo que es bueno y malo, pero para eso, primero debemos disfrutar sin mayores pretensiones de un fotograma tras otro y otro y otro. Es bueno que exista cine entretenido, "cine arte" y cine de bus. 

Para terminar y como fatalistamente lo anuncie en un principio no tengo las respuestas para entender porque aparentemente se reniega de lo que somos, quizás algún sociólogo podría descubrirlo. Como sea si alguien las tiene, sabe donde encontrarme.