miércoles, 5 de octubre de 2016

Stranger than Fiction (2006)



Cada cierto tiempo dejo de ver películas por más o menos largos periodos. Dejo de leer libros. Dejo de escuchar nueva música. Son periodos en los que pasan cosas o nada pasa y lo único que en verdad pasa, es el tiempo. La película Stranger Than Fiction habla de muchas cosas, entre ellas del tiempo. Stranger Than Fiction es del 2006 y yo recién la veo ahora 10 años después, me sorprende, porque es una película que tiene varios elementos que me apasionan.

La historia comienza con la voz en off de una mujer (Emma Thompson) describiendo la rutina de un trabajador (Will Ferrell) de la reserva norteamericana (SII para los chilenos) el cual es obsesivo por los números y por fijarse con lujo de detalle en todos los elementos que le rodean, contándolos y
organizándolos en su mente. Un burócrata perfecto. Que sabe cuantos pasos van desde su departamento hasta la parada del autobús y la hora exacta en la que pasa cada transporte. ¿Pero de quien es la voz de la mujer que va narrando esta historia? Emma Thompson interpreta a una escritora de novelas enfrascada en la historia de Harold Crick, el personaje interpretado por Will Ferrell, quien mientras se lava los dientes como todas las mañanas y cuenta las veces que se cepilla hacia abajo y
luego hacia arriba, comienza a escuchar la voz de la mujer, a sentir que describe cada cosa que él hace, cada pensamiento que tiene, en definitiva se da cuenta que puede estar loco. Va donde una psiquiatra que le dice que padece esquizofrenia, pero Crick se niega a creer que sea locura o un desorden mental, por lo que acude a un académico experto en literatura (Dustin Hoffman), quien al principio también cree que Crick está loco, hasta que se da cuenta que la voz habla de forma muy literaria, utilizando la expresión “Poco sabía el” Frase que de seguro solo se ocupa en la ficción literaria.  Por lo tanto le dice que vuelva pronto para seguir determinando más cosas de esta historia en la que parece estar sumergido.

De forma paralela vemos a Karen Eiffel la escritora de la novela sobre Harold Crick, una mujer solitaria, que se pasa horas mirando distintos puntos de la ciudad, buscando que cosas horribles ocurran, choque o accidentes, todo esto con el fin de encontrar la forma perfecta de terminar la historia de Brick, matándolo en la ficción. En este punto en que ya comprendemos de que va la película, no puedo evitar pensar en “Niebla” de Miguel de Unamuno, aunque desconozco si fue parte de las influencias del guionista Zach Helm, hay una tensión similar entre los deseos del protagonista y los de una mujer. Harold Crick tiene que hacer una auditoria a la señorita Ana Pascal (Maggie Gyllenhaal), una panadera con tendencias anarquistas, por no pagar el 100% de sus impuestos. Pues bien, el se comienza a interesar en ella pero al principio todo va saliendo bastante mal, considerando que tal vez está inmerso en una tragedia y no en una comedia, los dos grandes géneros del drama según le explicó el académico interpretado por Hoffman.


La película es un juego, no es una respuesta, son varias preguntas, es un viaje de exploración hacia los misterios de la narrativa tanto del cine como de la literatura. Quizás por eso sea tan efectiva. Es tambien una continuación a la eterna cuestión de ¿vale más la vida que una obra de arte? Hace tiempo Daniel Tubau hablaba sobre eso en la película de Woody Allen “Balas sobre Broadway”, aquí en cierta forma la escritora se ve obligada a enfrentarse a su personaje, puesto que esté existe y ella lo único que quiere es matarlo para poder terminar su obra maestra, su novela por la cual será recordada.

La puesta en escena es notable, tiene frescura, un estilo calmado pero lúdico, con efectos visuales que se conjugan muy bien con la narración (las descripciones sobre la pantalla, los números que aparecen cuando Brick va contando) y cierta sobriedad en la paleta de colores que va muy bien con este mundo sombrío en el que se mueven sus dos principales protagonistas. Por otro lado, los colores, el desorden, los tatuajes de Ana Pascal tienen la vitalidad que le hace falta al protagonista, las ganas de estar sentado en el sillón, viendo la televisión, disfrutando estar vivo, una lección muy importante para alguien que se pasaba contando los segundos para salir de su casa en dirección al trabajo todos los días.



Hay escenas muy buenas, una de ellas es cuando Harold Crick decide seguir uno de sus sueños de toda la vida y va hasta una tienda de guitarras, un lugar enorme con muchas guitarras de todos los tipos. La voz de la escritora Karen Eiffel va describiendo de forma perfecta y sincrónica lo que vemos y sentimos al ver todas esas guitarras.

Las actuaciones están todas muy buenas. Son todos grandes actores y supongo que la sorpresa de la epoca fue Will Ferrer, haciendo un papel mucho pero mucho más contenido que lo que acostumbra. Lo mismo podria decir de Queen Latifah, la cual interpreta a una asistente de escritores que debe ayudar a Eiffel a terminar su novela, con buenos diálogos y buenas escenas, cualquier buen actor puede trabajar bien.




Stranger tan Fiction, es una gran película, que vale la pena ver más de una vez. Pronto volveré hacerlo, tiene detalles, tiene elementos, tiene juego y tiene situaciones cruzadas que se van armando desde un principio de forma ajena a la trama, para luego adquirir completo sentido. Ojo con el clímax. Poco sabía yo, de la película que me estuve perdiendo todo este tiempo.

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