Mientras me tomó un café voy recordando las escenas de Imperium,
película dirigida y escrita por Daniel Ragussis, que con esta pieza audiovisual
de hora y media realiza su primer largometraje. Imperium cuenta la historia de Daniel
Radcliffe como el muy ñoño agente del FBI Nate Foster (Buen nombre) quien
recibe bully constante de sus colegas agentes pero tiene un don para hablar con
la gente y encontrar la verdad en ellos. Nate Foster no tiene mucho que hacer
como agente así que una mujer con un cargo superior dentro del FBI (Toni Collette)
le da una misión: infiltrarse en las redes del neonazismo norteamericano.
Los nazis, uno de los temas favoritos del cine gringo y del
escritor Roberto Bolaño. Es gracioso el nivel de fetichismo que alcanzan los
gringos al usar toda esa parafernalia, tanto los skinhead como los que usan
uniformes del partido nazi alemán de los años 30. En fin, la película entonces
comienza a mostrarle al protagonista y a nosotros información relativa a los
dichos movimientos y grupos, su nivel de alcance empresarial y político. La
jefa de Nate cree que están planeando algo relacionado a una bomba sucia. Es
decir una bomba con productos radioactivos que hace mucho daño. Nate Foster se
hace pasar por un veterano que vuelve de Iraq y que tiene acceso a productos químicos.
Con esa tapadera ingresa a un grupo de skinhead, cuyo “líder” es cercano a un
agitador nacionalista y extremista blanco que tiene un show por internet y hace
charlas. Por supuesto que cae bien dentro del grupo y se gana la confianza
suficiente para que le presenten a este agitador de extrema derecha.
Imperium no es una película demasiado original. Este tema ya
lo hemos visto antes y recuerdo una película española de televisión llamada “Diario
de un skin” en donde un periodista se infiltraba en una banda skinhead neonazi
y comprobaba el poder que estas redes tienen. Sin embargo, en donde en “Diario
de un skin” el abuso de lugares comunes y de personajes de carton abundaba,
aquí el guion y la puesta en escena es mucho más realista y describe bastante
bien las diferentes corrientes del neonazismo, White power, skinhead, entre
otros de la misma calaña y que tienen sus diferencias tanto éticas (¿?) como estéticas.
También el argumento, la historia digamos, triunfa en un
punto de giro que da pie al tercer acto, fue una buena salida y por un momento
pensé que la película se iba a defender en ese terreno, un mundo más realista y
con la derrota, la paranoia de las fuerzas de seguridad. Pero el final es el
final predecible de Hollywood. Con eso, no deja de ser una historia correcta,
bien contada y sin demasiadas pretensiones. Se nota en su puesta en escena,
digna dentro de lo que parece un presupuesto acotado. El personaje de Radcliffe
es conocido, igual que los demás estereotipos del FBI de los cuales nunca
sabemos mucho ya esta película está en su 90% hablando de los malos, los cuales
tampoco llega a profundizar demasiado ya que todo lo que va ocurriendo son
acciones superficiales, pero está bien porque no es una reflexión sobre el mal
y su origen, es una película para entretener y dar algo de suspenso. Si se
queda con uno de los personajes, uno de los más brutos de la banda skinhead y
que sirve para reafirmar un punto psicológico dentro de estas células neonazis.
Destacar algunos diálogos y el montaje. Hay conversaciones
honestas entre Foster y su superior, en donde conocemos un poco más de su vida
anterior y el porqué hacen lo que hacen. También en la construcción de escenas
se nota un estilo particular por mostrar los ligeros cambios de mirada de los
personajes, algunos de los cuales funcionan muy bien y son capaces de llevar a
nuestro protagonista por lugares interesantes y además tensos.
Imperium entonces es una película que camina por un terreno
seguro, con una que otra vuelta interesante pero en general es lo que podemos
esperar de una buena película para pasar el rato sin necesidad de darle más
vueltas. ¿Podía ser mejor? Si. ¿La recomiendo? Si.
PD: Que no se diga que no trato de estar al día con algunas películas jeje