Un marinero alcohólico y con tendencias violentas,
asesinas, hipersensibilidad, autodestructivo y con una freudiana desesperación sexual,
se encuentra en el barco prestado por una millonaria a un excéntrico nuevo mesías,
un sujeto que dice ser médico, filántropo, científico y otros títulos que dejan
a Batman como un pelele. Ambos personajes comienzan a descubrirse y ver en el
otro algo que los demás personajes no logran comprender, una conexión pero que
no parece tener ninguna lógica aparente. Sin embargo, los espectadores pronto
comprenderemos que están unidos por una suerte de destino fatal, de rabia
contenida, de un deseo, una pulsión que en el caso del marinero es el deseo de
sexo y en el caso del mesías es nada menos que el éxito de su secta, conocida
en la película como “La causa”.
Así se nos presenta el film, dirigido por el gran Paul
Thomas Anderson, quizás uno de los mejores directores desde que en el año 1997
presento su Boogie Nights, segundo largometraje que le supondría el éxito y ya
con Magnolia se consolida como un director melodramático y fantástico. Sin
embargo, es There will be blood, su película más madura en términos estéticos y
narrativos, volviendo al desierto y mostrando la historia de un ambicioso petrolero.
Desde hace unos años el proyecto de llevar a cabo la película “The master”
reposo buscando financiamiento y causando interés internacional al tratarse
entre comillas de una secta similar a la cienciologia. Y la verdad sea dicha,
poco importa si la historia de la secta cienciologica fue como lo presenta el
film, ya que la película se defiende totalmente a ella misma, poniendo en el
casting a dos grandes actores secundarios, el siempre efectivo y regalon de
Anderson Philip Seymour Hofmann y el desaparecido Joaquin Phoenix que vuelve en
gloria y majestad.
Como hincha que soy de las películas de Anderson, debo
decir que esta me parece la menos reconocible. Puede ser que tanto tiempo sin
estar trabajando detrás de la cámara lo alejo un poco de su propio estilo, sin
embargo se siente la vibración de su mano en los planos secuencias, en los
personajes extraños y el uso de una música extraña que queda dando vueltas un
rato en la cabeza.
The master, se mete derechamente en el terreno de lo
sexual, en la necesidad de satisfacer esta área y así navega durante un buen
rato sin aburrir pero tampoco presentando demasiado interés en los vaivenes del
guion ya que son los protagonistas, con sus demasiado potentes actuaciones los
que se roban y le restan interés a todo lo demás. Pese a lo anterior, Amy Adams
también se manda una actuación magistral y confirma el mito de que siempre detrás
(o al lado) de un hombre poderoso hay una mujer que lo impulsa hacer lo que
hace, que mueve los hilos.
Las secuencias más notables son precisamente aquellas
donde Hofmann y Phoenix comparten pantalla y discuten, llegando a situaciones
bastante violentas, como el interrogatorio que le hace y que consiste en
repetir varias veces la misma pregunta, luego otra y otra, sin que el
interrogado pueda pestañear. Una frase notable, casi llegando al final de la pelicula (alerta de spoiler) es la que Hofmann le dice a Phoenix
" Pues, si descubres una forma de vivir sin servir a ningún maestro, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste. Pues serías el primero en la historia del mundo. "
Creo que The Master es una gran película, los protagonistas
son una columna importante y hablar de sus métodos daría para un análisis mucho
más extenso. Como buena película de Anderson, la acción descansa en sus
protagonistas. Altamente recomendable.